Política

Paúl Antonio Coca: Octubre, mes de mayor tensión y conflictividad en Bolivia

  • Bolivia no ha logrado consolidar su democracia, tras 39 años de haberla recuperado luego de décadas de dictaduras. Hoy estamos viendo a diario mayor menoscabo de los derechos individuales y colectivos, asegura Coca.

Los bolivianos no tendremos sosiego en este mes de octubre que inicia hoy, advirtió el abogado y analista político Paúl Antonio Coca en la conversación que sostuvo con nosotros esta mañana. Todo hace prever que será un mes de alta tensión y mayor conflictividad, marcado además por un bombardeo de propaganda gubernamental, añadió al poner como antecedente los conflictos actuales.

Conflictos muy preocupantes por la gravedad que revisten y que se traducen en una escalada de violencia, como es el que estalló en La Paz tras la presión del gobierno central por intervenir en la dirección de la Asociación de Productores de Hoja de Coca de Yungas. Un conflicto aun irresuelto, observa Coca, y que continuará latente por tres factores que marcan la disputa: económico, control político y conflicto de poder.

Económico, porque está en juego el control de un mercado con una demanda cada vez mayor, como es el del consumo tradicional de la hoja de coca. Una demanda que, como se sabe, cubren los productores de Yungas y no así los de Chapare, este último bastión del MAS y su jefe Morales. De control político, porque el MAS apuesta con todo al control total de todas las organizaciones sociales, aun más si tiene un peso como el de Adepcoca. Y de conflicto de poder, por lo ya aludido antes: esa pugna se da entre los cocaleros de Chapare, base del MAS, y los cocaleros de Yungas, opuestos y reacios al control y sometimiento al partido de gobierno.

También está el conflicto planteado por los Pueblos Indígenas del Oriente, Chaco y Amazonia de Bolivia, que justo hoy culminan una larga travesía iniciada hace más de un mes en Trinidad y que completaron ayer llegando a Santa Cruz de la Sierra. Es la XI Marcha Indígena que realizan en demanda y defensa de sus Tierra, Territorio, Recursos Naturales, Cultura y Vida, ahora nuevamente amenazados desde varios flancos, pero principalmente por los avasallamientos alentados y dirigidos desde el mismo partido de gobierno. Una Marcha a la que el gobierno de Luis Arce insiste en desconocer, descalificar y desoír, como lo hemos visto en las últimas horas.

Además, añadió Coca, están las tensiones provocadas por las últimas leyes propuestas por el MAS en la Asamblea Legislativa, observadas por un hilo en común que las identifica como amenazas a los derechos y garantías individuales y colectivos. Entre otras, la de lucha contra ganancias ilegítimas o la de ascensos en la Policía. La primera está generando malestar y convocatorias a marchas demandando su rechazo por parte de sectores gremiales del comercio minorista, empresarios, profesionales y otros.

A ese abanico de conflictos se suman las tensiones generadas por la persistencia del MAS en la persecución de sus opositores, no solo políticos, sino también los que surgen desde otros sectores de la sociedad civil. A todo esto, dijo Coca, hay que añadir los que pueden estallar a propósito de fechas significativas que se celebran en octubre: el 10, el día de la recuperación de la democracia en Bolivia; el 12, el Día de la Hispanidad o Día de la Raza; y sin duda será fecha de tensión y conflictos la del 19, marcada por el denunciado fraude electoral 2019, con todo lo que devino luego hasta la renuncia de Morales a la presidencia y su huida a México.

Debería haber un Pacto Social, una convocatoria a un Pacto Social, para evitar los conflictos y superar la tensión que mantiene latente el riesgo de una ruptura violenta, reflexionó Coca, al remarcar que una cosa es que haya polarización política, muy común en la dinámica política nacional, y otra muy distinta -y más grave- que se agudice la polarización social, que es lo que está ocurriendo hoy en Bolivia.

Lamentablemente, dijo Coca, estamos frente a un escenario muy complicado y de alto riesgo para la democracia y la población boliviana. Una situación a la que ha llegado el país no solo por “méritos del partido de gobierno”, sino también por los errores cometidos por la oposición antes y después de la caída del MAS y de Morales en noviembre de 2019. “Ni el gobierno de Jeanine Añez, ni los otros políticos de oposición al MAS hicieron algo para evitar su regreso al poder el año pasado”, afirmó. Por el contrario, hicieron todo -incluso pelearse entre ellos- para que el MAS vuelva al poder.

Vale la pena escuchar íntegramente esta conversación con Paúl Antonio Coca.