Sociedad

¿Quién protege a los protectores de las Áreas y Parques Nacionales?

  • Santos Mamani, reelecto presidente de Abolac, asume un nuevo mandato con demandas añejas y rezagadas hasta hoy: condiciones dignas de trabajo y garantías de vida para los 319 guardaparques que cuidan más de 60 Áreas Protegidas y 22 Parques Nacionales en Bolivia, casi 17% del territorio nacional.

Deberían tener un trato privilegiado, tanto del Estado como de la sociedad civil, pero hasta hoy no lo logran, pese a la responsabilidad que cargan sobre sus espaldas como vigilantes y cuidadores del mayor y más importante patrimonio natural intangible que posee Bolivia: sus más de sesenta Áreas Protegidas y 22 Parques Nacionales que, en conjunto, representan 66 de los 122 ecosistemas existentes en el mundo. En síntesis, el pulmón y fuente de agua y vida para los bolivianos, con impacto global.

Estamos hablando de los guardaparques, por supuesto, esos seres extraordinarios que dedican prácticamente toda su vida a vigilar, proteger y garantizar la preservación de un patrimonio natural único, cada día más amenazado por intereses económicos de todo tipo, sobre todo de grupos dedicados a actividades ilícitas que van desde el tráfico de madera, fauna silvestre y drogas. Los guardaparques enfrentan estas y otras amenazas, en condiciones adversas: son pocos y perciben bajos salarios, carecen de los equipos de protección y comunicación necesarios, y suelen no ser escuchados en sus demandas urgentes o llamadas de emergencia.

Una realidad que conoce muy bien Santos Mamani, guardaparque por vocación, un mérito reconocido por su gremio y que le ha permitido ser reelecto ayer, por tercera vez, presidente de la Asociación Boliviana de Guardaparques y Agentes de Conservación, Abolac. La reelección se dio luego de la presentación del informe de gestión 2019-2021, en el segundo de los tres días del encuentro nacional convocado por Abolac en La Paz, iniciado el lunes pasado, 8 de noviembre, fecha en la que celebran el Día del Guardaparque Boliviano, en memoria de Clemente Cruz, guardaparque fallecido en el ejercicio de sus funciones hace ya 16 años.

Hoy conversamos con Santos Mamani sobre la situación que viven los guardaparques en Bolivia y las demandas que siguen pendientes de atención por parte de las autoridades del gobierno central. Entre las más importantes, la dotación oportuna de indumentaria y equipos de operación, mejora salarial y seguridad laboral.

A la fecha, cuando faltan menos de dos meses para que finalice la gestión 2021, los guardaparques no han recibido aun la dotación de uniformes y calzados especiales correspondientes a este año. Un problema serio, considerando el desgaste y mayor destrucción de uniformes, guantes, máscaras y botas registrados este año por la gran cantidad y magnitud de incendios que afectaron a las Áreas y Parques Nacionales, y a los que los guardaparques tuvieron que combatir, ya se sabe, con serias dificultades. Acá, una yapa: pese a estar expuestos a amenazas y riesgo de vida, los guardaparques no logran hasta hoy tener autorización para portar armas. Ni siquiera tienen chalecos antibalas.

Tampoco han logrado mejoras salariales, ni más ítems. Solo 116 del total de 319 guardaparques que trabajan hoy en la protección de Áreas y Parques Nacionales cuentan con ítems del Tesoro General de la Nación. Es decir, la mayoría, 203, no tienen ítems, son eventuales y por lo tanto no gozan de beneficios sociales, amén de percibir menor salario por su condición de eventual: en promedio, alrededor de Bs 3.100. Y no crean que los que sí tienen ítem perciben un salario significativamente mejor: en promedio, líquido, ganan alrededor de Bs 3.400. Un salario muy bajo para quienes trabajan seis días a la semana, en vigilia permanente (no hay eso de ocho horas laborales), lejos de casa y de la familia, y muchas veces sin acceso a servicios básicos.

En el campo laboral también está pendiente la demanda de lograr una mayor contratación de guardaparques. Santos Mamani destaca que Bolivia necesita por lo menos más de mil guardaparques para tener un mayor y mejor control de sus 22 Parques Nacionales y más de 60 Áreas Protegidas. Los actuales 319 no dan abasto, sobre todo en áreas de frontera, donde se presentan los mayores riesgos y dificultades. Solo por citar un par de ejemplos: el Parque Nacional Madidi cuenta apenas con 25 guardaparques (eran 31, pero perdió 6) y necesita, en realidad, más de 50 para cubrir sus casi 1,9 millón de hectáreas; o el Parque Nacional Kaa-Iya, con 3,4 millones de hectáreas, que solo tiene 20 guardaparques.

En este punto hay un problema adicional: la inestabilidad laboral. Otro tema pendiente, pese a haber suscrito el 21 de enero de este año un acuerdo con el director del Sernap, el Servicio Nacional de Áreas Protegidas, para que se dé estricto cumplimiento a lo que dispone el Reglamento de Contratación.

Mamani destaca como uno de los pocos logros conquistados este año la aprobación, por parte del ministerio del área, de un nuevo régimen de trabajo: 20 días en campo y 10 de descanso. Aun así, muy lejos del promedio que caracteriza al régimen laboral de cualquier funcionario público que goza, en promedio, de 116 días de descanso al año (contando feriados, tolerancia, vacaciones), frente a los 72 días de descanso al año que tienen los guardaparques y agentes de conservación.

Y también, aunque aun es un logro parcial, el avance en los programas de capacitación y profesionalización del sector. El próximo año se completan los diez módulos para la formación técnica media de los guardaparques, gracias a un convenio con el Ministerio de Educación y Cultura, y están en marcha cursos de capacitación con la Escuela Naval.

Vale la pena escuchar íntegramente la conversación sostenida hoy con Santos Mamani. Los invitamos a hacerlo, accediendo a los siguientes enlaces.